La figura del Agente Comercial es una gran desconocida para la gran mayoría de la gente de a pie, puede que su vecino o algún conocido sea “comercial”, pero no saben que la figura del agente comercial es una de las soluciones empresariales más prácticas y utilizadas por las empresas españolas e internacionales.
El Agente Comercial se caracteriza por ser un profesional autónomo, que promueve la venta de productos para un tercero a cambio de una remuneración o comisión por cada una de las ventas en las que haya intervenido, haciéndose cargo de forma personal de todos los gastos en lo que haya incurrido en su actividad.
De esta forma, el Agente Comercial se convierte en un importante activo empresarial, ya que además de aportar su conocimiento sobre el mercado, en el que se encuentra día a día, únicamente tendrá derecho a una comisión cuando haya realizado una venta a favor de sus empresas representadas, por lo que el departamento comercial pasa de ser un coste fijo a una inversión con un retorno fácil de medir, el resultado en ventas.
El conocimiento que posee el agente comercial del mercado, le permite actuar de puente entre las empresas representadas y sus distribuidores, siendo capaces de informar en ambos sentidos de las necesidades y movimientos de un mercado en el que son especialistas.
Al apostar por un Agente Comercial, además de potenciar tu fuerza de ventas –objetivo principal de todas las empresas y comerciales- inviertes en un importante activo comercial, el cual a través de su conocimiento y experiencia pueden aportar un gran volumen de clientes de distinta envergadura y aumentar las posibilidades de éxito de cualquier empresa.
La contratación de un agente comercial se configura como una estrategia “WIN – WIN o ganar –ganar” ya que nos encontramos en una situación de beneficio para todas las partes implicadas, donde para ellas, es imprescindible obtener un resultado positivo.
Un agente comercial puede añadir valor a la marca y ayudar a crecer a sus representadas desde el mismo momento en el que entran a formar parte de cualquier empresa, aportando de inmediato
- Flexibilidad: Los agentes comerciales se adaptan a las necesidades cambiantes del mercado y aprovechan diversas oportunidades de ventas, “adaptarse o morir”.
- Menos carga administrativa: Al no ser empleados directos de tu empresa, los agentes comerciales autónomos se ocupan de su propia administración, como pago de impuestos y la gestión de tiempos… Esto reduce la carga administrativa para la empresa.
- Riesgo compartido: al trabajar en base a comisiones, comparten el riesgo empresarial. Si no generan ventas, no reciben comisiones, lo que incentiva un mayor esfuerzo para conseguir resultados.
- Acceso a nuevos mercados: Si estás buscando expandirte a nuevas regiones o mercados, los agentes comerciales autónomos locales ofrecen conocimiento y acceso a esas áreas de manera más efectiva que si tuvieras que contratar y capacitar a un equipo propio.
En definitiva, un agente comercial es una inversión en tu equipo de ventas, una pieza clave en el crecimiento del negocio al expandir la red de clientes, aumentar la visibilidad de la empresa, proporcionar información del mercado, además de reducir costes y carga administrativa.